La familia del payaso como se denomina el grupo más grande de motos en toda Latinoamérica, y hoy, bajo la protección de la Virgen del Carmen, se unían como una familia para honrar a quien los ha acompañado en cada viaje y ha velado por su seguridad en las carreteras.

El estadio se convirtió en un hervidero de emociones mientras los moteros preparaban sus vehículos, decorándolos con bombas y objetos simbólicos como gesto de agradecimiento a la Virgen. Era un acto cargado de significado, una forma de expresar su gratitud por todas las bendiciones recibidas y la protección brindada en cada trayecto.

Con el alba, la multitud de almas devotas tomó las calles de Bogotá, formando una caravana que se extendía como un río interminable de pasión y fe. Entre dos mil y tres mil motociclistas se unieron en un solo latir de corazón, siguiendo el camino trazado por su devoción hacia la calle 170, donde se llevaría a cabo la solemne ceremonia en honor a la Virgen del Carmen, donde la pastoral universitaria – UNISANPABLO acogió a estas familias.